lunes, 7 de septiembre de 2009

Fábula Umbría de Carlos Francisco Monge



Después de la tormenta viene la paz.
El domingo, en sección Librero La Nación , Gabriel Baltodano Román intentó hacer una crítica literaria a nuevo libro “Fábula Umbría” de Carlos Francisco Monge, sin herir susceptibilidades porque el autor es uno de los poetas más importantes de la actualidad costarricense; y terminó formando un colocho de babas, que después de que uno la lee una segunda vez se da cuenta que en realidad, al mismo tiempo que dice que el libro no dice nada, ... me quedé pensando en el valor de poder decir las cosas tal como son, sin que nos ataque el miedo de decir en palabras concretas del por qué no nos gusta lo que escriben ciertos autores nacionales de renombre.

La palabra poesía viene del griego Creación, un género literario que suele recurrir más a las cualidades estéticas del lenguaje, que a su contenido; es decir que es un arte que debe ser escrito con la exactitud del alma, porque más que ningún otro arte, su equilibrio es lo que tiene que decir (hacer sentir a quien lo lee).

El autor; el demiurgo nos hace ver la secuencia que nos impulsa a seguir descubriendo cada día los amaneceres de la vida; llevándonos a puntos de inflexión ideológicamente propuestos, fabulando la fábula; que según sabemos es una forma literaria que consta de un texto o narración cuyo contenido es ficticio, cuyo final deja una moraleja o enseñanza; que nos lleva a ver la vida con sus aprendizajes y deterioros.

Para escribir poesía, no se necesita una razón, no se necesita estar enamorado, sino querer hacerlo, es sentir dolor al descubrir lo que significa una rosa, aprender a quitarle al tiempo las equivocaciones que nos molestan tejiendo un hilo que nos enseñen el poder de reemplazar palabras por sentimiento, por miradas, descubrir lo que es amar despegando sin que nos demos cuenta las chancletas del mundo al cual estamos acostumbrados... la poesía es un arte que en Costa Rica, cada quien lleva a su manera; y la innovación que cada uno en su estilo aporta al conocimiento general que solo el tiempo entiende; pero que muchas veces de las que nos imaginamos tiene la característica de ser umbría. De umbra, adjetivo del lugar donde da poco sol o, la parte del terreno en que casi siempre hace sombra, por estar expuesta al norte; y este poemario, pese a estar magníficamente escrito, tener buen manejo de ideas, de entrecalar conocimiento y elegancia, de poseer todas las características que llevan a la exquisitez de antaño no me gusta, precisamente porque es demasiado académico, rígido, impostado en recursos que más que alegrar los instantes felices me hacen sentir enojo; porque no me da opción que pensar de acuerdo a lo que me dice el autor sin darme tiempo de que me interese saber qué es lo quiere decirme una fábula; por tanto carece de sentimientos que me hagan ver la vida de otra manera, que no sea imposible intuir una gran ausencia y un silencio desolador, tras la pregunta: ¿Por qué ... (el resto de la pregunta se los dejo a ustedes)?

La Coleccionista de Espejos
3 de septiembre 2009

4 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Interesante. Habrá que echarle una ojeada.

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  3. No sé, demasiado incisivo todo, y eso es bueno, pero de vez en cuando.

    Solo para experimentar y variar, ¿por qué no comentar sobre un libro que le agrade a la coleccionista?

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  4. Me parece muy bien analizada y concienzuda su crítica. A la vez no me parece tan incisivo porque se justifica muy bien los argumentos de esta. Adelante! Si sería bueno un comentario sobre algún libro que sí le guste. Jilthy

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